Él puede ayudarnos con la carga de nuestros sufrimientos
Cuando las tribulaciones sofocan nuestra alma, nuestros pensamientos se turban y nuestro corazón vacila; en esas circunstancias, la única salida es el Señor.
Para poder resistir con mayor facilidad los sufrimientos, tenemos que cultivar una fe fuerte y un amor ferviente por el Señor, además de evitar aferrarnos a las cosas del mundo, para abandonarnos totalmente a la voluntad de Dios. Ciertamente, para que la aflicción no nos abrume ni nos atormente, tenemos que anular nuestra voluntad y humillarnos ante Dios en todos los aspectos posibles.
Dios desea nuestra salvación y la trabaja de una forma que nosotros no entendemos. Así, hermano, abandónate a la voluntad de Dios y hallarás paz para tu alma que sufre.
Cuando las tribulaciones sofocan nuestra alma, nuestros pensamientos se turban y nuestro corazón vacila; en esas circunstancias, la única salida es el Señor.
Cada una de nuestras virtudes, al igual que nuestra propia fe, necesariamente tienen que ser puestas a prueba. Y este es el propósito de las aflicciones.
(Traducido de: Ne vorbesc Stareții de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, 2007, pp. 196-197)