El “punto débil” que el maligno busca en cada persona
Es muy importante, para cada persona que libra una lucha espiritual, conocer su debilidad y concentrar ahí todas sus fuerzas.
¿Cuál es la prueba más difícil para un monje, padre?
—Cada persona tiene ciertos dones, con los cuales puede hacerse agradable a Dios y alegrar a los ángeles y a quienes aman a Dios. Pero también es cierto que cada individuo tiene sus propias debilidades, sus propios defectos. Por ejemplo, hay quien siente que es muy tentado por el orgullo, en tanto que otro siente que lo que más le tienta es la gula, y algún otro siente que la ira es aquello que no le deja en paz, etc. Puede que haya alguno que se sienta agobiado por los malos pensamientos, y otro todavía sienta atracción por la vida que dejó atrás, en el mundo… Luego, no es posible usar el mismo patrón para entender qué sucede con todos los monjes.
Cada monje libra su propia lucha. Por eso, creo que lo importante es que cada monje conozca sus debilidades y concentre su atención en ellas, porque, el demonio, cuando ataca, no embiste a la persona en aquello que ha desarrollado alguna “inmunidad” en contra de esos ataques, sino que la asalta justamente en sus debilidades. Es muy importante, para cada persona que libra una lucha espiritual, conocer su debilidad y concentrar ahí todas sus fuerzas.