El que ora por la mañana se siente más feliz y tranquilo durante todo el día
La oración de la mañana es, para la persona, lo que el rocío matinal para las plantas. El que ora por la mañana con toda su atención, se siente más feliz y tranquilo durante todo el día. Y es que la mente se ocupa, todo el día, de lo que le ha preocupado durante la mañana, como una piedra de molino que tritura durante todo el día trigo o cizaña.
Cuando te despiertes por la mañana, piensa que Dios te ha dado un día que no podrías haberte dado tú solo y aparta la primera hora —o al menos los primeros quince minutos— de el día que has recibido, para ofrecérsela como ofrenda a Dios, con una oración de agradecimiento y de buena petición. Mientras más devoción dediques a esto, más se santificará tu día y mejor podrás resistir las tentaciones que te toque enfrentar.
De la misma manera, cuando vayas a acostarte, piensa que Dios te ofrece el descanso de tus esfuerzos. Consagra a Dios una pura y humilde oración. Su agradable aroma te acercará a tu ángel, para tu propia protección.
La oración de la mañana es, para la persona, lo que el rocío matinal para las plantas. El que ora por la mañana con toda su atención, se siente más feliz y tranquilo durante todo el día. Y es que la mente se ocupa, todo el día, de lo que le ha preocupado durante la mañana, como una piedra de molino que tritura durante todo el día trigo o cizaña.
Esforcémonos, pues, en poner desde temprano trigo en nuestro molino, para que no venga el enemigo a poner su cizaña. Pasemos el día que empieza, de tal manera que pueda conducirnos al día eterno y no a la noche eterna.
(Traducido de: Mari duhovnici români despre rugăciune – arhim. Arsenie Boca, Editura Eikon 2005, p. 230)