El que siente celos y envidia se condena a sí mismo a la tristeza
El que siente celos y envidia hacia su semejante, debido a su estado material o espiritual, es un hombre infeliz.
Entre las causas de la depresión están la envidia y los celos. El que siente celos y envidia hacia su semejante, debido a su estado material o espiritual, es un hombre infeliz. Vive siempre en tristeza y no saldrá nunca de esa situación, si antes no renuncia a la envidia y los celos. Y, a pesar de esto, es posible que vuelva a caer. San Juan Crisóstomo dice: “No hay nada peor que la envida y los celos”, “No hay nada peor para el hombre, que sentirse roído, abrasado o derretido de envida por el bienestar de su semejante”. Y en otra parte dice: “Oh, envidia... eres como un cuchillo afilado insertado en el corazón. ¿Acaso hay algo más terrible que la envidia?”. Dice también el gran Basilio: “¿Por qué sufres, hombre, haciéndole un hueco en tu interior a la envidia?”.
(Traducido de: Arhimandritul Spiridonos Logothetis, Deprimarea și tămăduirea ei în învățătura Bisericii, traducere din limba greacă de pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2001, p. 25)