Palabras de espiritualidad

El rol del ícono en la vida del cristiano

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Lo que la Escritura nos dice con palabras, el ícono nos lo anuncia y nos lo hace presente con colores”.

Tal como afirman los Santos Padres: “lo que la Escritura nos dice con palabras, el ícono nos lo anuncia y nos lo hace presente con colores”. La Santa escritura nos habla de la Encarnación del Hijo de Dios, Quien vino al mundo a salvarnos. Lo mismo hace el ícono. De hecho, entre el acto de la Encarnación y el ícono hay un vínculo tan estrecho, que San Teodoro el Estudita afirma, en el contexto de las disputas iconoclastas, que: “quien rechaza el ícono, rechaza también el misterio de la Encarnación de la Palabra”. Sabemos que la Encarnación del Hijo de Dios es el fundamento y razón de la representación y la veneración de los íconos: si Jesucristo no hubiera asumido la forma de hombre, no podríamos representarlo en nuestros íconos. Y, en lo que respecta a la representación de los santos, tampoco esta hubiera sido posible, precisamente porque por fue la obra redentora de Dios que el hombre recibió la posibilidad de hacerse santo.

Los santos son los modelos de vida que debemos seguir, para poder llegar a gustar de la felicidad del Paraíso. Luego, encontramos que los íconos tienen también otro importante rol en la vida del cristiano, uno litúrgico, vinculado al culto. Nosotros oramos ante Dios y los santos por medio de los íconos, porque estos nos predisponen al diálogo con la divinidad y responden a ciertas necesidades del hombre. Por este motivo es que las iglesias tienen frescos en sus paredes y los fieles colocan íconos en sus hogares.

Un tercer rol del ícono es el pedagógico. Pintados de acuerdo a ciertos cánones, los íconos presentan ante los ojos del observador los sucesos de la historia de la salvación de la humanidad, inspirados en la Biblia o en la vida de los santos. San Gregorio Magno dice que “los íconos son, para los incultos, lo que la Santa Escritura es para los cultos”. Claro está, con estas palabras no debemos entender que los íconos son útiles solamente para los incultos. El santo quiere evidenciar la especial importancia de los íconos, poniéndolos en el mismo pedestal que la Biblia. Un ícono es útil, pedagógicamente hablando, para todos los cristianos, porque ofrece otra perspectiva, una visible, de la Palabra de Dios.