El Sacramento del Matrimonio está inscrito en el Cielo
El enlace nupcial no es sólo un acuerdo reconocido por las leyes de la sociedad, sino que adquiere un valor eterno por medio del Sacramento del Matrimonio, haciéndose, así, una unión eterna en Cristo.
Tertuliano (siglo II) escribe sobre el matrimonio, que es “dispuesto por la Iglesia, luego confirmado por un sacrificio (la Eucaristía), sellado con la bendición e inscrito en los Cielos por los ángeles”. Cualquier pareja cristiana que ha deseado casarse, ha pasado primero por las formalidades de la ceremonia civil, que ha dado validez a su unión ante la sociedad secular; luego, con la participación de ambos en la Liturgia ordinaria del domingo, frente a la entera comunidad cristiana local, han recibido la bendición del sacerdote.
Entonces su acuerdo civil deviene en sacramento eterno, en algo que trasciende sus vidas en este mundo, porque ha sido “inscrito también en los Cielos” y no sólo en un registro social. Se ha convertido, por tanto, en una unión eterna en Cristo.
(Traducido de: John Meyendorff, Căsătoria ‒ perspectiva ortodoxă, Editura Renașterea & Editura Patmos, Cluj-Napoca, 2012, p. 35)