El Señor sale a nuestro encuentro
En la Divina Liturgia, el Señor se presenta ante nosotros y nos habla. En cada palabra del Evangelio encontramos Su propia palabra. Y cada palabra de Cristo sale a nuestro encuentro.
El Señor tiene muchas formas de salir al encuentro de cada uno de nosotros. Nadie de los que entran por la puerta de la iglesia podría quejarse de no ser tomado en cuenta por Cristo. Al que no sabe nada de Él le basta con Su ícono que bendice, le basta encontrarse con Su rostro sereno, bueno e indulgente, consolador y dador de paz.
Al que viene con frecuencia a la iglesia, Cristo le habla y le abraza con Su palabra evangélica, por medio de la cual Él mismo se comunica con nosotros. En la Divina Liturgia, el Señor se presenta ante nosotros y nos habla. En cada palabra del Evangelio encontramos Su propia palabra. Y cada palabra de Cristo sale a nuestro encuentro.
Y a aquel que se ha preparado más, que se ha enmendado y se ha confesado, Cristo le da aún más. Le da todo. Se le ofrece Él mismo. Nos ofrece Su Cuerpo y Su Sangre, de los cuales comulgamos. He aquí cómo, tanto nuestros ojos como nuestros oídos, y todo nuestro ser, son recibidos por nuestro Señor Jesucristo, cuando nos acercamos a la iglesia.
(Casian, Episcopul Dunării de Jos, Scara Căinței, Ed. Episcopiei Dunării de Jos, Galați 2003, p. 14)