El Metropolitano Hierotheos Vlachos relata de esta manera un breve pero hermoso suceso acontecido en 1978, cuando se hallaba de visita en el Monasterio de San Juan el Bautista, en Essex:

«Cierto día, mientras paseaba por el jardín, el padre Sofronio me salió al encuentro y, señalándome un árbol, me dijo: “Este árbol crece poco a poco, enterrando profundamente sus raíces en la tierra. Lo mismo pasa con el monje: crece y avanza poco a poco en la contrición, en tanto que sus raíces entran profundamente en lo eterno”».

(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Cunosc un om în Hristos - Părintele Sofronie de la Essex, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 220)