El veneno que nos roba toda nuestra energía vital
El envenenamiento causado por la melancolía puede terminar abatiendo no solamente a un organismo sensible, sino también a uno fuerte y vigoroso.
La tristeza desarma al hombre, le debilita todas sus facultades físicas y espirituales, y no le deja hacer nada. Le envenena el alma y le provoca distintas anomalías orgánicas. Ataca las partes más sensibles del cuerpo y desgasta al individuo por medio del desasosiego que le causa. El envenenamiento causado por la melancolía puede terminar abatiendo no solamente a un organismo sensible, sino también a uno fuerte y vigoroso.
Pensemos ahora en una monjita de este monasterio, que puede realizar una labor espiritual muy buena y ser también muy hacendosa en sus trabajos de obediencia. Activa y diligente, bien puede levantar al monasterio entero… Pero, si le ataca la tristeza, no puede hacer nada… Se queda totalmente sin fuerzas. Es como un motor que se ha quedado sin energía.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, pp. 142-143)