En búsqueda de la verdadera humildad
Si en verdad quieres llorar por tus pecados, examínate a ti mismo y decídete a morir por cada persona.
Tu propia voluntad te impide que alcances la humildad, porque si el hombre no renuncia a su voluntad, no podrá obtener la compunción de corazón. También la falta de fe te impide negar tu propia voluntad. Y la falta de fe proviene del hecho de que siempre solemos buscar el elogio de los demás.
Si en verdad quieres llorar por tus pecados, examínate a ti mismo y decídete a morir por cada persona.
Y aparta estas tres cosas: tu propia voluntad, las justificaciones y la gula. Así es como vendrá a ti la humildad, y Dios te protegerá de todo mal.
(Traducido de: Sfântul Cuvios Varsanufie cel Mare, Despre rugăciune și trezvie în învățăturile Sfinților Părinți, Editura Egumenița, p. 452)