¿En dónde está tu hogar?
Un fatigado viajero, avanzando bajo el ardiente sol de verano o entre la fría nieve en el invierno, camina con la esperanza de llegar pronto a casa.
Mi hogar fue siempre, para mí, el lugar en el que pude ver cristianos temerosos de Dios, respetuosos de la tradición y de los valores de nuestra nación. Si no respetas esos valores, que son tu identidad en el mundo, ¿qué otra cosa podrías respetar? Si no respetas la tradición, que es tu vínculo con el pasado, tu raíz más fuerte, ¿cómo podrías pretender resistir los golpes del presente y del futuro? Si no respetas a Dios, ¿cómo podrías considerarte un hombre con un destino?
Un fatigado viajero, avanzando bajo el ardiente sol de verano o entre la fría nieve en el invierno, camina con la esperanza de llegar pronto a casa. Përo si el alma ha perdido esa noción de “casa”, que es volver a Dios, ¿cuánto habrá de sufrir, cuánto habrá de extraviarse?
(Traducido de: Părintele Iustin Pârvu, Daruri Duhovnicești, Editura Conta, p.11 )