En los brazos de nuestra Madre
¿Nunca te has sentido como un niño pequeño en sus brazos? Yo todavía me siento como un pequeño infante frente a ella. La siento como mi Mamá.
Padre, me acongojo mucho cada vez que sufro alguna caída (en tentación) en medio de mi esfuerzo espiritual.
—Canta: “Para todos aquellos que con fe acuden a ti…” y “Alegría de los afligidos…”. Haz de estas plegarias un canon, y la Madre del Señor te ayudará. Ella nunca nos abandona, sino que nos lleva sobre su espalda, solamente que nosotros tenemos que quererlo y no rechazarlo como si fuéramos unos niños rebeldes.
Padre, quisiera que la Madre del Señor me llevara en sus brazos del mismo modo en que sostiene a Cristo.
—¿Es que nunca te ha llevado en sus brazos? ¿Nunca te has sentido como un niño pequeño en sus brazos? Yo todavía me siento como un pequeño infante frente a ella. La siento como mi Mamá. Muchas veces recuesto mi rostro junto a su ícono y le digo: “¡Madre del Señor, dame un poco de la Gracia!”. Y m e siento como una criatura que se alimenta en brazos de su madre, llenándose de su amor y su afecto. Y así es como ella me alimenta con la Gracia.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Despre rugăciune, Editura Evanghelismos, pp. 85-86)