Palabras de espiritualidad

Encuentro cara a cara con Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Encontrarse con Dios, frente a frente, mientras oramos, representa un momento crucial en nuestra vida. Con todo, deberíamos agradecerle a Él por no presentarse ante nosotros cada vez que así lo deseamos, porque podría suceder que no estemos listos para sobrellevar tal clase de encuentro.

Un encuentro frente a frente con Dios es siempre un momento de juicio para nosotros. No podemos encontrarnos con Dios en la oración, en la meditación o en la contemplación, sin que seamos salvados o condenados. Con esto no me refiero a situaciones de magnitud como la condena eterna o la salvación eterna, ya otorgada y recibida, sino a aquel momento que es siempre crítico, una crisis en sí. “Crisis”, viene del griego y significa “juicio”. Encontrarse con Dios, frente a frente, mientras oramos, representa un momento crucial en nuestra vida. Con todo, deberíamos agradecerle a Él por no presentarse ante nosotros cada vez que así lo deseamos, porque podría suceder que no estemos listos para sobrellevar tal clase de encuentro. Acuérdense de los innumerables pasajes de las Escrituras en los que se nos relata cuán difícil es para alguien resistir la presencia de Dios, ya que Él es Poder, Él es Verdad, Él es Santidad. Por eso, es debido que nuestro primer pensamiento cuando no percibimos tangiblemente la presencia divina, sea uno de agradecimiento. Dios es misericordioso. Él no viene antes, sino que nos da la oportunidad de juzgarnos a nosotros mismos, para que nos entendamos y que, así, no vengamos a Él en esos momentos en los que esto nos podría llevar a ser condenados.

(Traducido de: Mitropolitul Antonie de Suroj, Școala rugăciunii, Editura Sophia, Bucureşti, 2006, pp. 35-36)

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