Enfrentar las tentaciones, un ejercicio fundamental para salvarnos
A nosotros solamente nos queda recordar que el principal deber de quienes quieran salvarse consiste en enfrentar las tentaciones, para demostrar su fe y dar testimonio de esta en contra del descreimiento, al cual nos induce el maligno.
Las tentaciones, por naturaleza, tienen como característica fundamental un dolor agobiante. Pero, según sea su modo, pueden cambiar muchas veces, siempre de acuerdo con las circunstancias actuales, en pos de un beneficio decidido desde antes por Dios, Quien las permite. No hablaremos aquí detalladamente de las clases de tentaciones (cómo, por qué, en dónde, cuánto y de dónde), porque, como dice el Salmista, “los enumeraré y se multiplicarán más que la arena”.
Ya nuestros Santos Padres las explicaron minuciosamente y con claridad en sus escritos. A nosotros solamente nos queda recordar que el principal deber de quienes quieran salvarse consiste en enfrentar las tentaciones, para demostrar su fe y dar testimonio de esta en contra del descreimiento, al cual nos induce el maligno.
(Traducido de: Monahul Iosif Vatopedinul, Cuviosul Iosif Isihastul, Editura Evanghelismos, p. 53)