Enriqueciendo a nuestros hijos con las virtudes
Con todo, es mejor que no les hereden riquezas materiales, sino educación y virtudes.
Enriquezcan a sus hijos en la virtud, no en bienes pasajeros. Es una torpe decisión que, mientras ustedes vivan, no les dejen decidir sobre los bienes familiares. Cuando ustedes ya no estén, los malgastarán rápidamente, por ser jóvenes e inexpertos. Pero si desde ya les permiten administrar parte de esa hacienda, ustedes podrán intervenir cuando sea necesario y evitar cualquier error de envergadura. Asumiendo la administración de la herencia, sin contar para ello con la experiencia necesaria, quedarán pronto en la miseria. Y los culpables de todo esto serán ustedes, sus padres.
Con todo, es mejor que no les hereden riquezas materiales, sino educación y virtudes. Así, evitando dormirse en la idea de los bienes materiales que les esperan, sus hijos se dedicarán a cultivar la educación de la mente y la formación del alma. Esta es la mejor forma de superar la pobreza y todos los problemas de esta vida. Si procuramos criar de esta forma a nuestros hijos, todas las generaciones se estarán preparando para la venida de Cristo, y seremos recompensados por nuestro Señor. Así es. Si educas a tu hijo de la mejor manera, formándolo en el amor y la devoción, él hará lo mismo con sus propios hijos. Con esto se estará creando una cadena bendecida gracias a ti, que serás la raíz de todo ese bien.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele Vieții, traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, p. 125)