Entre la ingenuidad y la pureza
No obstante, en nuestra nación aún hay personas puras. Ciertamente, la candidez de muchos de nuestros coterráneos es señal de que aún hay un poco de pureza en sus corazones.
¿Has conocido otros países? Si lo has hecho, seguramente ha sido bajo tu perspectiva de laico, no como lo he hecho yo, con el enfoque del monje, que siempre ve las cosas de forma distinta. Es una tragedia lo que ocurre en otros países... No obstante, en nuestra nación aún hay personas puras. Ciertamente, la candidez de muchos de nuestros coterráneos (rumanos), es señal de que aún hay un poco de pureza en sus corazones. ¿Qué decir de la abuela campesina que llora al rezar ante sus íconos? ¿Acaso no es signo de su pureza? ¿Para qué habrían de servirle los ardides y las artimañas de este mundo? ¡No las necesita, porque la llevarían a la perdición!
¿Quieres hacer algo por tu país? Empieza con tu propia familia.
(Traducido de: Mi-e dor de Cer, Viața părintelui Ioanichie Bălan, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, p. 538)