Eres lo que das
La verdadera alegría viene de la humanidad, de la riqueza interior. No podrías ser verdaderamente feliz, si no es dando a los demás. Eres grande y poderoso por lo que puedas dar a los demás, no por lo que tomes de ellos.
Las alegrías son esperanzas normales a nuestra naturaleza. Y las personas creen que pueden alcanzarlas tomando, obteniendo algo de los demás... Y es que, actualmente, se confía demasiado en el bienestar material que conlleva esa forma de vida. Por eso la gente se agita, se sacrifica y hasta se vende a sí misma por un “algo” material.
Pero se trata de una enorme anomalía. El hombre que quiere y pide para sí, puede obtener placeres, pero no alegrías. Nada de lo que busca puede darle felicidad. El egoísta no conoce ese estado de luz y plenitud. Sus insaciables deseos evidencian que le falta algo importante.
La verdadera alegría viene de la humanidad, de la riqueza interior. No podrías ser verdaderamente feliz, si no es dando a los demás. Eres grande y poderoso por lo que puedas dar a los demás, no por lo que tomes de ellos.
Eres la capacidad de sobrepasar las cosas que haya en tí. Eres la capacidad de sacrificarte que haya en tí. Únicamente el que da es verdaderamente rico.
(Traducido de: Ernest Bernea, Îndemn la simplitate, Editura Anastasia, 1995, p. 90)