Palabras de espiritualidad

¡Es imposible que Dios se olvide del mundo que creó!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

¿Es que la mujer puede olvidarse de su propio hijo, mostrándose desalmada con el fruto de su vientre? Y aunque la mujer se olvidara de su hijo, Dios nunca se olvidará del mundo que creó.

¿Quién más podría soportar los pesares de la crianza de los hijos, sino aquella que los trajo al mundo? ¿Quién más podría soportar las injusticias del mundo, sino su Señor?

Para el Creador es fácil soportar todos los pesares que le causan Sus criaturas, porque si no hubiera querido soportarlos, ni siquiera las habría creado.

¿Es que la mujer puede olvidarse de su propio hijo, mostrándose desalmada con el fruto de su vientre? Y aunque la mujer se olvidara de su hijo, Dios nunca se olvidará del mundo que creó.

Movido por la compasión que le es esencial, Él creó y dio a luz a todas las criaturas; el mundo apareció porque Él así lo quiso, como un niño es parido del vientre de su madre.

Y he aquí que Él alzó y lleva en Sus brazos al mundo, tal como una madre que amamanta carga amorosamamente al niño que salió de sus entrañas.

Nuestro Padre Misericordioso nos trajo al mundo y nos alimenta con la Sangre de Su Hijo, tal como la madre le ofrece el seno a su hijo para alimentarlo.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Psaltire sau cugetări evlavioase şi rugăciuni, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, pp. 191-192)