Palabras de espiritualidad

Es mejor fracasar como laico, que como monje

  • Foto: Elisei Roncea

    Foto: Elisei Roncea

La oración debe brotar de la boca como un manantial, sin pausas, con profunda concentración, para que no sean sólo palabras arrojadas al viento.

Un joven le dijo al padre Porfirio que deseaba hacerse monje. El padre, sin embargo, vio con el espíritu que ese no era el camino de aquel muchacho y le aconsejó que siguiera luchando en el mundo, como cristiano. Entonces el joven le confesó que le daba miedo fracasar. El padre le respondió: “Es mejor fracasar como laico, que como monje...”.

Un monje le preguntó al padre:

Padre, ¿cómo debe orar un principiante?

Leyendo la Vida de los Santos y el Nuevo Testamento.

El padre insistía en que no es correcto que las oraciones, en la iglesia, se hagan con negligencia. Los monjes no deben repetir “Señor, ten piedad” a toda prisa y con apatía. La oración debe brotar de la boca como un manantial, sin pausas, con profunda concentración, para que no sean sólo palabras arrojadas al viento.

(Traducido de: Sfântul Părinte Porfirie, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, pp. 254-255)