Es necesario romper el círculo de la dependencia
El problema se manifiesta cuando el grado de dependencia es grande, cuando el otro empieza a ocupar todo el espacio de nuestra vida, cuando empezamos a renunciar a nosotros mismos. Y esto genera sufrimiento.
Para no caer en una nueva dependencia, sino amar en verdad, el hombre debe dejar de ser dependiente. Las causas de todas las clases de dependencia (amorosa, narcótica, lúdica, de la comida, etc.) se hallan en la infancia. Pocos padres saben ser lo suficientemente juiciosos, como para ofrecerles a sus hijos, en la infancia, la medida necesaria de amor, cuidado, aceptación, libertad y control.
En la mayoría de casos, ni el amor ni la libertad han sido los suficientes. En cambio, el control ha sido excesivo. Por eso, la mayoría de nosotros somos más o menos dependientes en nuestras relaciones, aunque no nos demos cuenta de ello. El problema se manifiesta cuando el grado de dependencia es grande, cuando el otro empieza a ocupar todo el espacio de nuestra vida, cuando empezamos a renunciar a nosotros mismos. Y esto genera sufrimiento.
No podemos cambiar nuestra infancia. Pero sí podemos, siendo conscientes de nuestros problemas, hacer el esfuerzo necesario para mejorar significativamente nuestra vida y nuestra relación con las personas adecuadas.
(Traducido de: Dmitry Semenik, Dragostea adevărată. Taina dragostei înainte și după căsătorie, Editura Sophia, București 2012, p. 153)