Palabras de espiritualidad

¿Es obligatorio contar con la bendición de nuestros padres para poder casarnos?

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

Si los padres no quieren bendecir a su hijo que quiere casarse, aduciendo razones de carácter secundario, y no por motivos morales o relativos a la fe, este no tiene por qué sentirse atado a esos criterios.

¿Es obligatorio contar con la bendición de los padres para poder casarse?

—Es lo deseable y, en este sentido, si hay diferencias de criterio entre padres e hijos, reben resolverse antes de dar el paso de llegar al matrimonio.

¿Pero el compromiso puede celebrarse sin la bendición de los padres?

—Es bueno contar con la bendición de los padres para el matrimonio. Esto es algo que ofrece una alegría especial y, en algunos casos, ayuda a excluir la imprudencia. En todo caso, en lo que respecta a la fornación de una nueva familia, es necesaria la opinión de los padres de ambos esposos. Por eso, aunque no se trata de la elección de los padres, lo que ya no ocurre en nuestros tiempos, al menos el buen entendimiento con los padres del esposo y de la esposa es una condición necesaria para el futuro matrimonio y la fundación de una familia bendecida.

Con todo, no se puede hablar de esto como de una condición ineludible o un requisito canónico de la Iglesia. Si los padres no quieren bendecir a su hijo que quiere casarse, aduciendo razones de carácter secundario, y no por motivos morales o relativos a la fe, este no tiene por qué sentirse atado a esos criterios.

Ya desde el siglo XIX, San Filareto, metropolitano de Moscú, partiendo del derecho canónico, decía que, en el caso de la oposición de los padres al casamiento de sus hijos, basada en motivos sociales o económicos, estos últimos no están obligados a respetar la postura de sus padres. En nuestros tiempos, cuando se trata de padres que no asisten a la iglesia o que incluso son ateos, rechazando permitirles a sus hijos que se casen con alguien que es creyente, no hace falta entrar a considerar si es necesario convencerlos y sólo después proceder al matrimonio.

(Traducido de: Preot Maxim Kozlov, Familia – ultimul bastion: răspunsuri la întrebări ale tinerilor, traducere din limba rusă de Eugeniu Rigoti, Editura Sophia, București, 2009, pp. 36-37)