Palabras de espiritualidad

¿Es posible entender el sentido del dolor?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Una de las razones por las cuales Dios es puesto en duda, es la misma existencia del sufrimiento, aunque este no puede asemejarse completamente al mal.

El problema esencial es la pregunta: “¿Qué hacer para alcanzar la salvación?” (me han preguntado también: “¿Qué puedo hacer para empezar bien?”). No encuentro nada más decisivo, más determinante, que revolver las profundidades del alma, con la pregunta: “¿Qué debo hacer para salvarme?”.

Reto a nuestros monjes a que espabilen. Soy un creyente desde que tengo memoria. Cuando entré al sacerdocio, me encontré con algo que me asustó: teólogos y monjes que dudan de la existencia de Dios. Luego entendí que hasta cierto límite, cuando se trata de la búsqueda sincera de una respuesta, no es pecado, sino una discusión. Pero, si la duda pasa a la negación de Dios, es caída, es decadencia, y tu salvación se disipa.

Una de las razones por las cuales Dios es puesto en duda, es la misma existencia del sufrimiento, aunque este no puede asemejarse completamente al mal. Los golpes de la infancia dejan de ser considerados un mal cuando dejas de ser niño. Cierto es que también hay sufrimientos difíciles de entender. ¿Por qué unos nacen en palacios y otros en barracas? Y si luego se confrontan... otro sufrimiento. Uno de los Santos Padres, meditando sobre el sufrimiento, dice que éste viene al hombre de la Divina Providencia, como una forma de corregir los errores de nuestra libertad, así:

1. Como castigo por los pecados cometidos.

2. Como medida preventiva para futuras faltas, las cuales, sin la punzada del dolor, Dios sabe que las cometeríamos, y sólo así nos detenemos.

3. Como una prueba para la fe del hombre, al igual que Job.

Esta es una explicación del sufrimiento por medio de la fe. Sin embargo, aunque la mente de hombre crea en algo, ante el sufrimiento terminará provocando una discusión sobre los motivos de Dios. Ante los datos del sufrimiento, la razón se inclina a transformar el sufrimiento en un argumento en contra de la existencia de Dios. De hecho, la intención oculta de la razón es librarse de Dios con cualquier argumento que aparezca a su alcance. En esta maniobra de la razón se revela la tentación original, que el demonio sembró en el hombre: “'¿Acaso no tienes la fuerza para ser Dios?”.

Nuestra comprensión del sentido del sufrimiento tiene tres edades:

- La primera tiene lugar en esta vida, en la cual se nos revela poco sobre la pedadogía del dolor,

- La segunda ocurrirá cuando escapemos del velo del cuerpo, cuando entendamos mejor lo que es la misma vida terrenal,

- Y la tercera será luego de la resurrección general, cuando entenderemos todo.

(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Lupta duvovnicească cu lumea, trupul şi diavolul, Editura Agaton, Făgăraşi, 2009, p. 28)