Padre, díganos algo sobre el anticristo.

Mejor hablemos de Cristo (...) ¡Permanezcamos junto a Él! Si estamos con Cristo, ¿cómo podríamos temer al anticristo? ¿Acaso no existe un espíritu anticrístico en la actualidad? El mal es el que crea ese espíritu. (...)

Padre, pero es que cuando escucho hablar del anticristo, siento temor.

¿A qué le temes? ¿Se trata de alguien más terrible que el maligno? Es sólo una persona. Santa Marina venció al diablo y Santa Justina lo alejó tantas veces... Al final, hemos venido a situarnos en este mundo.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul II. Trezvie duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, ediția a II-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 189-191)