Palabras de espiritualidad

Gran cosa es la confianza en Dios

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

En ninguna época existió tal nivel de inseguridad, como el que experimenta el hombre contemporáneo. Y debido a que las certezas humanas ya no le pueden ayudar, se apresura a entrar en la barca de la Iglesia, para sentir seguridad espiritual, viendo cómo la nave del mundo se hunde.

Actualmente, el mundo se ha llenado de toda clase de certezas, pero, estando lejos de Cristo, el hombre se siente en la peor de las incertidumbres.

En ninguna época existió tal nivel de inseguridad, como el que experimenta el hombre contemporáneo. Y debido a que las certezas humanas ya no le pueden ayudar, ahora se apresura a entrar en la barca de la Iglesia, para sentir seguridad espiritual, viendo cómo la nave del mundo se hunde. Pero si ve que también en la barca de la Iglesia entra un poco de agua, porque hasta ahí les ha seguido el espíritu mundano —y si no existiera el Espíritu Santo— entonces el hombre cae en la desesperanza, porque ya no tiene en dónde sostenerse.

El mundo sufre, se pierde y, tristemente, todos necesitan seguir viviendo en este infierno terrenal. La mayoría de personas sienten un gran abandono, una indiferencia —sobre todo ahora— por todas partes. No tienen de dónde asirse. Se cumple aquel dicho: “El que se ahoga se agarra hasta de una brizna”. Esto ejemplifica cómo el que se está ahogando busca asirse de algo, con tal de salvar su vida. Ve el barco hundiéndose y el pobre, desesperadamente, se abraza al mástil. Y aunque ve que el barco se hunde, no se le ocurre pensar que también el mástil se hundirá con aquel. Se abraza al mástil y se ahoga más rápidamente. Lo que quiero decir es que las personas buscan sostenerse en algo, asirse de algo. Y si no tienen fe, para sostenerse en ella, si no creen en Dios, sufren. Gran cosa es confiar en Dios.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești I – Cu durere și dragoste pentru omul contemporan, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 25-26)