Háblale a Dios con tus buenas obras
Un santo padre dice, “¡Háblale a Dios con tus buenas obras!”. Entonces cuando no puedas hacer ninguna buena obra, haz que crezca tu humildad. Comienza por considerar que todos son buenos y a tener misericordia de todos.
Cuando la persona llora y suspira desde el fondo de su corazón, entonces todas las tentaciones desaparecen, porque adquiere una mente sana. Pero mientras su corazón siga siendo duro, no podrá distinguir lo bueno de lo malo. En tales casos, de mucha utilidad son esas lágrimas que salen del corazón, con humildad, con contrición...
Un santo padre dice, “¡Háblale a Dios con tus buenas obras!”. Entonces cuando no puedas hacer ninguna buena obra, haz que crezca tu humildad. Comienza por considerar que todos son buenos y a tener misericordia de todos.
(Traducido de: Părintele Proclu Nicău, Lupta pentru smerenie și pocăință, Editura Agaton, Făgăraș, 2010, p. 22)