¡Háblale siempre a tu bebé!
Antes, a los niños pequeños se les hablaba mucho. Nuestras abuelas sabían que era algo absolutamente necesario.
Antes, a los niños pequeños se les hablaba mucho. Nuestras abuelas sabían que era algo absolutamente necesario. Esto, a pesar de que el niño, aparentemente, no entendiera nada.
Sí, a los bebés se les hablaba permanentemente. Pero, en nuestros días, las madres tienden a cuidar a sus hijos en silencio, para conseguir que se tranquilicen y así poder dedicarse a sus demás tareas domésticas. No quieren “molestar al niño con palabreríos inútiles”.
¿Cuál es el resultado de esto? Que los niños apenas pronuncian alguna palabra después de haber cumplido su primer año de vida. Algunas veces, comienzan a caminar precozmente, dejando a un lado el gateo, cosa que no es buena, porque es consecuencia —dicen los psicólogos— de algún retraso en el desarrollo parcial, “en mosaico”.
(Traducido de: Educarea copilului: sfaturi ale duhovnicilor și psihologilor ortodocși, Traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, București, Editura Sophia, 2013, p. 112)