¿Hay alguien que sepa cómo será su último momento de vida?
Cuando el hombre es esclavo de alguna pasión, como la ira o el desenfreno, peca contra su propia esencia, contra la Ley de Dios y contra las leyes naturales; en momentos de enfermedad física, también el alma se olvida de sus deberes.
Nadie sabe cómo será su muerte. Al momento de morir ¿sigue el alma siendo consciente de sí misma? Cada uno de nosotros sabe, por experiencia, que cuando nuestro cuerpo o nuestra alma se enferman, de alguna u otra manera perdemos un poco el juicio. Cuando el hombre es esclavo de alguna pasión, como la ira o el desenfreno, peca contra su propia esencia, contra la Ley de Dios y contra las leyes naturales; en momentos de enfermedad física, también el alma se olvida de sus deberes.
Por eso, todas las virtudes, que son las únicas sendas que nos llevan al Reino de los Cielos, no pueden ser practicadas sino cuando el hombre se halla en pleno goce de sus facultades mentales, porque no hay nadie que espere realizar acciones de contrición en el momento de morir. Así las cosas, sabiéndote culpable ante Dios y conociendo tu propia imperfección, pide a tus seres cercanos que oren por ti cuando te llegue el momento de morir, para que Dios borre tus pecados y te conceda tu anhelo postrero.
(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă – Neamț, 2010, pp. 232-233)