Palabras de espiritualidad

Hay un peligro peor que las pasiones mismas: no ser conscientes de estarlas padeciendo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si sabes que hay un pecado que te domina, y decides hacerle frente, la Gracia acude a socorrerte. Pero si prefieres quedarte en la cloaca del pecado, la Gracia no descenderá a donde tú estás.

Padre, hay muchos estudiantes de ciencias socio-humanas que sufren de determinados trastornos psíquicos. ¿Cómo puede explicarse este fenómeno, si ellos tienen como ideal el bien social?

—Puede que tengan un ideal, pero, en el fondo, terminan cediendo, porque nadie conoce a ciencia cierta qué nivel de desarrollo espiritual tiene cada una de esas personas. Es posible que tengan un vacío interior. (Los espíritus malignos no les temen precisamente a todos; existen, pero no sienten temor por todos. Hay personas que tienen una cierta fuerza interior, verdaderamente terrible para los demonios). Pero también hay otros que, por tener ocultas algunas pasiones, no pueden ofrecer mayor resistencia espiritual. Y es que la pasión per se no representa un peligro tan grande, sino el hecho de ser inconscientes de estarla padeciendo, de que quieras seguir endulzándote con ella, evitando luchar para destruirla, o al menos asumir una posición de defensa. Cuando decides defenderte, la Gracia de Dios viene en tu ayuda. Al contrario, cuando no luchas y te complaces con dicha pasión, te conviertes en morada para los demonios, y te atacan toda clase de espíritus y sortilegios.

Sin embargo, si sabes que hay un pecado que te domina y decides hacerle frente, la Gracia acude a socorrerte. Pero si prefieres quedarte en la cloaca del pecado, la Gracia no descenderá a donde tú estás. Y pronto verás cómo todos esos “encantamientos” empiezan a atacarte.

(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ediția a doua, volumul III, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 83-84)