La aceptación del otro, fundamento del vínculo con nuestros hermanos
Para alcanzar el verdadero amor, tienes que renunciar a tu “yo”. Si apartas tu “yo”, empiezas a sentir y a vivir al otro como es en realidad. Te liberas y te equilibras.
El amor no es una cosa de intercambio. “Si yo te amo, tú me amas”. Esto es lo que hacen los pecadores. Para alcanzar el verdadero amor, entonces, tienes que renunciar a tu “yo”. Si apartas tu “yo”, empiezas a sentir y a vivir al otro como es en realidad. Te liberas y te equilibras.
Por eso es que también el Santo Evangelista Juan habla del amor como una acción, como una energía que te lleva a descubrir al otro y a Dios. Y Dios te muestra Su rostro, Su Persona, porque Él es amor. Así las cosas, aceptemos al otro tal cual es en su vida cotidiana, en la vida de la Iglesia, en el monasterio, en la familia, en la comunidad, porque esto edificará y fortalecerá nuestras relaciones sociales y con nuestros hermanos que también son miembros de la Iglesia.
(Extraído de la conferencia Monahismul ortodox – Un dar pentru lume ⁅Monaquismo ortodoxo, un don para el mundo⁆, sostenida por el padre Archimandrita Eliseo, stárets del Monasterio Simonos-Petra, Iași, 11 octubre de 2015)