La adecuada preparación para buscar el camino a Dios
Tienes que impedir que la esperanza en las cosas del mundo te entorpezca luchar y vencer.
Es mejor morir por Dios, que vivir de forma vergonzosa y en la indolencia.
Cuando quieras empezar a trabajar para Dios, debes prepararte como aquel que ya no vive en este mundo, sino que está listo para morir porque no tiene ninguna esperanza en las cosas terrenales y siente que ha llegado a el fin. En verdad, tienes que impedir que la esperanza en las cosas del mundo te entorpezca luchar y vencer. Porque la esperanza en esta vida debilita la mente. Por eso, hazle un lugar en tu mente a la fe y acuérdate de los eternos días que habrán de venir después de la muerte y después del juicio; si haces esto, la indolencia no entrará en ti, como dice el sabio: “Mil años para Ti son como un día, un ayer, un momento de la noche” (Salmos 89, 4).
Así, hermano, lleno de valentía entra en el buen camino y sin permitirte la menor duda acércate a las virtudes y a la esperanza en Dios, para que tu esfuerzo no sea vano y dificultoso. Al contrario, cree, con todo el corazón, que el Señor es misericordioso, y que, ya que Él recompensa a todos, Él Mismo les da la Gracia a quienes lo buscan, pero no según sus acciones, sino en la medida del fervor y la fe que haya en sus corazones. Porque dice: “Ve, y que te suceda como has creído” (Mateo 8, 13).
(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, pp. 261-262)