La bendición trae bendición, en tanto que la injusticia trae desastre
Todos seremos sometidos a un severo examen. En la primera fase, se separará el cobre del oro. En la segunda, se mostrará cuántos quilates de oro tiene cada uno.
Padre, un albañil pidió que anuláramos el contrato de trabajo que tenía con nuestro monasterio, para poder hacerse con la ayuda que el Estado ofrece a los desempleados y después volver a trabajar con nosotros…
—¡Pero, hijo, eso es incorrecto! ¡Una persona con al menos un poco de conciencia jamás haría algo así! No es correcto recurrir a tales cosas en un monasterio. Aunque el monasterio sea pobre, es mejor pagarle un salario doble a esa persona, y no cometer semejante tropelía. La bendición trae bendición, en tanto que la injusticia trae desastre. ¡Que no se nos olvide esto! ¡Que nadie haga tretas como esa con sus trabajadores! Por eso es que después ocurren incendios o cualquier otra catástrofe semejante en los monasteros. (...)
Todos seremos sometidos a un severo examen. En la primera fase, se separará el cobre del oro. En la segunda, se mostrará cuántos quilates de oro tiene cada uno.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, vol. 1: Cu durere și dragoste pentru omul contemporan, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 92-93)