Palabras de espiritualidad

La carreta de nuestro cuerpo

  • Foto: Doxologia

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¡Sé decidido! Inténtalo y verás todo lo que puede aquel que busca la forma de purificarse. Hay un ángel bueno deseando ayudarte. No lo rechaces.

¿Acaso sabías, hombre, que desde el primero y hasta el último día de tu vida, te la pasarás corriendo de un lado a otro? ¿Sabías que toda tu vida transportas tu alma, buscando el camino que lleva hacia el Reino de Dios, con la carreta de tu cuerpo?

¿Te has puesto a pensar en cómo preparar esa carreta? Ningún hombre equilibrado o juicioso carga leña, heno, o cualquier cosa más en su carreta, sin haberla preparado previamente para ello. Lo que hace primero es verificar el estado de su estructura, examinar los soportes y engrasar las ruedas. Finalmente prueba a poner algo de la carga que quiere transportar. Si nos preparamos con tanto esmero para transportar una carga común, con mayor cuidado debemos preparar el carro de nuestro cuerpo, utilizando las cadenas de la continencia, para poder transportar en paz nuestra alma.

Si nosotros, como hombres, no nos atrevemos a cargar una carreta que no está preparada para ello, con mayor razón nuestro Señor Jesucristo no hará que descienda Su Gracia a un cuerpo descuidado y un alma vacía.

¡Sé decidido! Inténtalo y verás todo lo que puede aquel que busca la forma de purificarse. Hay un ángel bueno deseando ayudarte. No lo rechaces.

(Traducido de: Din învățăturile Părintelui Arsenie Boca, Tinerii, Familia și copiii născuți în lanțuri, Editura Credința Strămoșescă, 2009, p. 210)