La compañera de la bondad
La oración es la compañera de la bondad. Cuando algo te induce a orar, te está ordenando que hagas el bien.
Mientras más te purificas y más creces en bondad, más te atrae la oración. La oración es la compañera de la bondad. Cuando algo te induce a orar, te está ordenando que hagas el bien. Es como si algo te dijera: “¡Toma este trozo de pan y dáselo a aquel necesitado!”.
Si tu oración es pura —es decir, libre de todo pensamiento terrenal—, tu mente será llevada al Cielo y se presentará ante Dios, hasta que Él la ilumine. La oración es algo que no se puede ver. Por eso es tan difícil tratar de explicarla y entenderla.
(Traducido de: Anastasie Malamas, Ca aurul în topitoare. Viața mucenicească a unui Iov al zilelor noastre, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2012, p. 32)