Palabras de espiritualidad

La compasión del cristiano

    • Foto: Benedict Both

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Translation and adaptation:

Esforcémonos en que nuestro amor, nuestra fe y nuestra paciencia no sean inútiles.

Sufrir por tu semejante, ayudar a los demás y esmerarte en ello es algo agradable para Dios. Porque es nuestra obligación hacer todo eso, como siervos de la palabra de Dios, para agradarle a Él. Recordemos que somos como unos soldados del rey, del cual recibimos también nuestra recompensa. Así pues, demostremos nuestra piedad e indulgencia. Porque quien tiene este manantial de virtudes, si es rico, con facilidad ofrece sus riquezas, y si ve a alguien en sufrimiento y necesidad, llora con él, en tanto que cuando mira a uno que es perseguido, le ofrece inmediatamente su auxilio. Luego, esforcémonos en que nuestro amor, nuestra fe y nuestra paciencia no sean inútiles, sino que se vuelvan como una coraza y una lanza en contra del enemigo. Demostremos nuestro amor y nuestra paciencia, viviendo con rectitud. Porque también nuestro Señor Jesucristo exclama: “Así debe ser el siervo de Dios”, es decir, que no desviemos la mirada al encontrarnos con un pobre que llora, para que nuestra oración y nuestro llanto de contrición no sean ignorados. Y si le ofrecemos importandes dones a Dios, no nos envanezcamos, sino que mantengamos siempre nuestra humildad, para que podamos recibir un don provechoso de parte Suya. Porque Job, sufriéndolo todo, recordaba: “Yo he llorado por cada necesitado y he suspirado al conocer su carencia. Y si he visto a alguien que no tiene con qué vestirse, le he dado las ropas que necesita. Y las puertas de mi casa siempre han estado abiertas para cualquier visitante”.. También Tobías dice: “Mucha era la caridad que practicaba, y cuando veía a algún difunto sin enterrar, yo me ocupaba de sepultarle como es debido”. Y el profeta Oseas dice: “Esmerémonos en conocer al Señor, porque lo qu Él quiere es misericordia, no sacrificios y holocaustos”. También Miqueas dice: “Yo te diré, hombre, qué es lo mejor o lo que busca Dios de ti: que practiques la caridad, pero con amor”. Y en los Proverbios: “Libera a los que han sido llevados a la muerte, y a los muertos por la espada redime”. El Apóstol Santiago dice. “Si tu hermano o a tu hermana no tienen con qué cubrirse o qué comer, y viene alguien y les dice: Vayan con paz, encuentren en dónde comer y en dónde hospedarse, pero sin darles lo que necesitan, ¿cuál es el provecho de esto?”.

(Traducido de: Sfântul Antioh, Din cuvintele duhovniceşti ale Sfinţilor Părinţi, Editura Arhiepiscopiei Sucevei şi Rădăuţilor, 2003, p. 154)