Palabras de espiritualidad

La conciencia del hombre, su propio juez

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Todo lo que pensamos, hacemos y decimos se imprime en nuestro espíritu, sin que pueda borrarse. El espíritu conserva esas improntas y, cuando está por ser librado de las ataduras del cuerpo, cuando el cuerpo está por volverse espiritual, se las revela a los ojos del alma del hombre.

Muchos de aquellos que han estado cerca de morir —quienes, por ejemplo, estaban por ahogarse e inesperadamente fueron salvados, o que estuvieron a punto de ser arrollados por un ferrocarril— han relatado cómo, en esos momentos fatales, vieron pasar su vida entera ante sus ojos, empezando desde que eran niños. Esto es posible debido a que todo lo que pensamos, hacemos y decimos se imprime en nuestro espíritu, sin que pueda borrarse. El espíritu conserva esas improntas y, cuando está por ser librado de las ataduras del cuerpo, cuando el cuerpo está por volverse espiritual, se las revela a los ojos del alma del hombre.

Así será el estremecedor Juicio que el hombre hará solo de sí mismo. Su propio espíritu, su propia conciencia le condenarán.

(Traducido de: Sfântul Luca al CrimeeiLa porțile Postului Mare, Editura Biserica Ortodoxă, București, 2004, p. 37)