Palabras de espiritualidad

La conciencia y el amor de Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Debemos saber que la conciencia es una de las energías no-creadas de Dios, una de Sus obras, como la vida misma.

Díganos algo sobre la conciencia, padre.

—San Basilio el Grande, llamado “balanza de la Iglesia” y “el más grande contrapeso”, también conocido como “el ojo de la Iglesia”, dice que la conciencia es la voz de Dios en el hombre. San Isaac el Sirio subraya: “Aquel que ha logrado reconciliarse consigo mismo”, es decir, con su conciencia, “ha reconciliado consigo los Cielos y la tierra”. Lo mismo dice nuestro Señor, con estas palabras: “Ponte a buenas con tu adversario pronto, mientras vas con él por el camino” (Mateo 5,25), es decir que debemos reconclinarnos con nuestra conciencia, mientras estemos en el camino de la vida, que después de morir ya nada podremos hacer. El desasosiego y los remordimientos en el pecador son señales de la misericordia de Dios, para que se reconcilie con Él, mientras se halle en esta vida pasajera. Primero debes creer que existe Dios, Aquel que creó el mundo y que todo lo domina. Luego debes esforzarte, en la medida de tus posibilidades, en hacer Su voluntad. En tercer lugar, si quieres salvarte, debes reconciliarte con tu conciencia, mejor dicho, con Dios, Quien a todos nos creó y a todos nos juzgará según nuestros actos. Para concluir, debemos saber que la conciencia es una de las energías no-creadas de Dios, una de Sus obras, como la vida misma.

(Traducido de: Arhimandrit Cleopa, Arhimandrit Ioanichie Bălan, Lumina și faptele credinței, Editura Doxologia, p. 203)