La constante presencia de la mano de Dios a nuestro lado
Dios, siendo bueno, cuida de todos, porque quien no se preocupa por los demás, no es bueno. Luego, ya que Dios es sabio, cuida a los seres creados, y lo hace de la mejor forma posible.
La Providencia es el cuidado que Dios prodiga a Sus criaturas. Es la voluntad de Dios, en virtud de la cual los seres vivientes reciben la administración adecuada. [...]
Para poder entender cómo es que Dios conduce todo, y lo hace de la mejor manera, podemos valernos del siguiente y legítimo argumento. Solamente Dios es bueno y sabio por esencia. Así pues, siendo bueno, cuida de todos, porque quien no se preocupa por los demás, no es bueno. Luego, ya que Dios es sabio, cuida a los seres creados, y lo hace de la mejor forma posible.
Todo lo que cae bajo el dominio de Su Providencia es deliberado o permitido. Cuando es deliberado, todo eso que no admite discusión es bueno. Y cuando es permitido, (lo es) de distintas formas, porque muchas veces permite que el justo caiga en la tribulación, para enseñar a todos la virtud que había oculta en él, como, por ejemplo, sucedió con Job (Iob 1, 12-22).
(Traducido de: Sfântul Ioan Damaschin, Dogmatica, Ed. Scripta, București, 1993, pp. 89-90)