La cruz como copa, la muerte como bautismo
Cristo llamó a Su muerte “bautismo”, porque con ella el mundo fue purificado.
“Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?”. (Marcos 10, 38)
Cristo llamó a su crucifixión “copa” y a Su muerte, “bautismo”.
A Su crucifixión la llamó “copa”, porque la aceptó con complacencia. Y a Su muerte, “bautismo”, porque con ella el mundo fue purificado.
Pero no sólo por esto llamó “bautismo” a Su muerte, sino también por la facilidad con la que habría de resucitar. Porque tan fácilmente como sale del agua quien es bautizado, Cristo habría de alzarse, pero con una sencillez aún mayor, por haber descendido a la muerte. Por eso es que llama “bautismo” a Su propia muerte.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Despre incomprehensibila natură a lui Dumnezeu 8, 35, traducere pentru Doxologia.ro de Lucian Filip)