Palabras de espiritualidad

La dinámica de la vida, entre dar y recibir

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Lo único que nos interesa es recibir. Nos cuesta mucho dar. Y es que dar significa sacrificarse.

Cada día, querámoslo o no, nos confrontamos con estos dos aspectos de la vida. Y es justo reconocer que el deber nos desagrada un poco, especialmente porque, en la mayoría de los casos, tiene relación con la disciplina… En cambio, los derechos nos llenan de placer. Los preferimos, porque nos dan algo: agrado y satisfacción. Tristemente, el hombre tiende a buscar tener solamente derechos, sin obligaciones. El mundo ha alcanzado un alarmante nivel de egoísmo, narcisismo, autosuficiencia y amor a los placeres. Lo único que nos interesa es recibir. Nos cuesta mucho dar. Y es que dar significa sacrificarse.

La mayoría de veces, el hombre cumple con su deber sin sentirlo en el corazón, sin quererlo… Precisamente por eso es que a menudo finge no saber cuál es su deber. Pero, cuando se trata de sus derechos, los conoce perfectamente bien, de memoria.  Si alguien le limita esos derechos, se indigna y los defiende con fanatismo. No obstante, sin obligaciones tampoco podría haber derechos. De lo contrario, todo se terminaría transformando en un caos total, porque la vida consiste en dar y recibir. Si das, recibes.

(Traducido de: Părintele Timotei Kilifis, Tinerețe curată, tinerețe frumoasă, Editura Cartea ortodoxă, 2007, p. 123)