Palabras de espiritualidad

La edad no es óbice para ser considerados justos y honrados

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Quien obre de conformidad con la voluntad de Dios, aunque el paso de los años aún no haya blanqueado sus sienes, se puede decir que vive ya una vejez honrada, sin mancha (Sabiduría 4, 9).

“Hermanos, no seáis como niños en vuestros pensamientos; sed como niños en lo que se refiere al mal, pero como hombres adultos en vuestra manera de pensar” dice el Apóstol Pablo (I Corintios 14, 20). Pero es posible que muchos terminemos haciendo todo al revés, volviéndonos como adultos experimentados, en lo que se refiere a las cosas del mal, y como niños en nuestra forma de pensar. Porque la sabiduría y el equilibrio no se caracterizan por la edad del individuo, sino por sus acciones. Dice también el sabio Salomón: “La vejez honorable no es la de largos días, ni se mide por el número de los años” (Sabiduría 4, 8).

La vejez no es digna de honra según el número de años que se viva. Porque hay muchos ancianos deshonestos, y no se llama “honesto” al que envejece en pecados o en la mala fe. “La prudencia es la verdadera ancianidad, la vida intachable es la honrada vejez” (Sabiduría 4, 9), Así, aunque la persona sea joven, si sus actos son agradables a Dios, su juventud es considerada una vejez honrada. “La sabiduría es la verdadera cana del hombre”, se dice. Y es que, quien obre de conformidad con la voluntad de Dios, aunque el paso de los años aún no haya blanqueado sus sienes, se puede decir que vive ya una vejez honrada, sin mancha (Sabiduría 4, 9). Esta es la edad de la vejez, dice, la vida intachable. Porque hay jóvenes austeros y equilibrados, y también ancianos insensatos.

(Traducido de: Sfântul Neofit Zăvorâtul din Cipru, Scrieri V. Tâlcuire la canoanele celor douăsprezece praznice împărătești. Cuvinte. Despre arhieria lui Hristos. Despre Duhul Sfânt și la Sfânta Cincizecime. Cartea minunii dumnezeiești. Epistole, traducere de Laura Enache, Editura Doxologia, Iași, 2016, pp. 199-200)