Palabras de espiritualidad

La escuela de la vida espiritual empieza a su debido tiempo

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Podríamos encontrar razones para desalentarnos, si las promesas y las verdades eternas, inmutables y vivicadoras de Dios no nos mostraran el propósito de esta vida: la búsqueda del Dios Vivo.

Viendo todo lo que sucede en el mundo actual, en nuestro país, en la Iglesia y en nosotros mismos, podríamos encontrar razones para desalentarnos, si las promesas y las verdades eternas, inmutables y vivicadoras de Dios no nos mostraran el propósito de esta vida: la búsqueda del Dios Vivo. Inmutable es este propósito, como inmutables son la labor de Dios y Su santa Iglesia, y la espiritualidad. No hay nada casual en esta vida, porque Dios conduce el mundo con Su Divina Providencia y cada situación tiene un sentido espiritual muy alto, como don Suyo para la realización del propósito de nuestra vida: conocerlo a Él. La fidelidad ante semejante propósito, la fe y la devoción para con la Santa Ortodoxia deben —y es posible— conservarse, a pesar de las circunstancias externas adversas.

Cada individuo entra en la escuela de la vida al nacer y avanza en ella, guiado por sus padres, profesores y mentores. Sin embargo, la escuela de la vida espiritual es más importante y más compleja, como lo es el conocimiento de Dios, la unión con Dios y la perseverancia en Dios. La escuela de la vida espiritual viene a cada uno a su debido tiempo, en función de su momento para volver a la verdad, pero existe también el riesgo de no alcanzar jamás esta escuela.

(Traducido de: Arhimandritul Ioan Krestiankin, Povăţuiri pe drumul crucii, Editura de Suflet, Bucureşti, 2013, pp. 13-14)