La esperanza es siempre fruto de la humildad
El egoísmo sí trae desesperanza, porque el egoísta pone toda su confianza en sí mismo, en tanto que el humilde confía solamente en la misericordia de Dios.
Padre, ¿es posible que, si alguien se esfuerza diligentemente en cultivar la humildad, pueda humillarse de una forma tan prolongada que llegue a caer en la desesperanza?
—No, porque la verdadera humildad trae esperanza, no desesperanza. El egoísmo si trae desesperanza, porque el egoísta pone toda su confianza en sí mismo, en tanto que el humilde confía solamente en la misericordia de Dios. La humildad hace que poco a poco germine en nosotros el auténtico hombre espiritual. Además, tenemos que recordar que toda la vida del hombre es un gran sacrificio lleno de fervor. Así, es la esperanza en Dios lo que nos hace avanzar, y no la esperanza en nuestras propias fuerzas.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 189)