Palabras de espiritualidad

La fe y las obras

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

La decisión de vivir de acuerdo a los mandamientos se mantiene en vigor aún después de haber obtenido la fe.

¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras? ¿Es que esa fe podrá salvarle?”.

El camino a la fe es la contrición. ¿Qué dicen los que se arrepienten? “He pecado, pero no lo volveré a hacer. No pecaré más y viviré de acuerdo a los mandamientos”. Y es que el arrepentimiento no cesa con la recepción de la fe, sino que, uniéndosele, se queda hasta el final; esto significa que la decisión de vivir de acuerdo a los mandamientos se mantiene en vigor aún después de haber obtenido la fe.

Por eso, si el individuo ha venido a la fe siguiendo el camino correcto —el del arrepentimiento—, es decir, si se esmera en el cumplimiento de los mandamientos y en la práctica de las virtudes, la fe le otorga el más grande estímulo para poder hacerlo; la fe también le da las fuerzas gratíficas necesarias, por medio de los sacramentos. De esta forma, la fe ayuda a las obras, y las obras perfeccionan la fe.  Porque mientras el hombre no perfeccione aquello en lo que cree, su fe no será verdadera.

La fe se evidencia solamente con nuestras obras; y no sólo se evidencia, sino que también se fortalece. Las obras actúan, a su vez, sobre la fe, y la consolidan.

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulTâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, pp. 11-12)

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