Palabras de espiritualidad

La felicidad es una elección de cada día

    • Foto: Oana Nechifor

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Translation and adaptation:

Tenemos que ser lo que Cristo mismo nos enseñó a ser: ofrenda para el bien y servicio al prójimo: “El Señor me retribuye según mi justicia, me paga según la inocencia de mis manos(Salmos 17, 23).

El hombre no puede ser feliz, si así no lo desea. Y tampoco puede ser feliz, si no sabe cómo serlo. Por eso, tenemos que ser lo que Cristo mismo nos enseñó a ser: ofrenda para el bien y servicio al prójimo: “El Señor me retribuye según mi justicia, me paga según la inocencia de mis manos” (Salmos 17, 23), dice el salmista David, de donde entendemos que Dios no nos da nada al azar y de ninguna forma según el movimiento de las estrellas, como creen algunos ingenuos que consultan el zodíaco y el horóscopo; al contrario, Dios nos da de acuerdo a nuestra pureza y la justicia con la que obramos.

Así, muchos extendemos la mano para llegar a los frutos que están fuera de nuestro alcance, soslayando el hecho que la escalera que tendríamos que utilizar para alcanzarlos debe construirse con las virtudes que practicamos diariamente.

(Traducido de: Singhel Ioan Buliga, Provocările creștinului ortodox în zilele de astăzi, Editura Egumenița, Galați, 2012, pp. 324-325)