La felicidad eterna de los que ahora son despreciados
Aquellos a quienes ahora no prestamos atención, si oran a Dios con todo su corazón, resplandecerán más que el sol en el Reino de los Cielos.
Dios sigue buscando también ahora el corazón del hombre, pero con mayor razón lo hará entonces, en el día del Juicio. Entonces serán glorificados los humildes, los despreciados, los injuriados, los perseguidos por la justicia, los pobres de espíritu, los que se tienen siempre por pobres en buenas obras, los que tienen hambre de justicia y desean practicarla, y todos aquellos a quienes Cristo llamó bienaventurados. Entonces serán llamados bienaventurados los que no fueron tenidos en cuenta, los que fueron como la basura de la tierra. Lo necio y despreciado del mundo avergonzará a los sabios; lo débil llenará de rubor a lo fuerte. Por eso dice que los últimos serán los primeros. Aquellos a quienes ahora no prestamos atención, si oran a Dios con todo su corazón, resplandecerán más que el sol en el Reino de los Cielos; y los reyes del mundo y todos los poderosos de la tierra serán entonces como basura ante Dios, si no tuvieron fe en Él. Porque Él es justo, y Su justicia permanece por los siglos de los siglos.
(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Predici la Duminicile de peste an, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2007, p. 86)
