¿Cuál es el criterio para un legítimo y completamente espiritual amor a Dios? El mismo Evangelio nos lo responde: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14, 15). Simple y conciso. En realidad, el cristiano que verdaderamente ama a Jesús, no solamente con sus palabras, sino también con sus actos, es aquel que se esmera con todo el corazón en cumplir con los mandamientos del Señor, mismos que aparecen en el Santo Evangelio.

“Quieres alcanzar el amor a Dios?”, pregunta el obispo Ignacio. “Evita cualquier acto, cualquier palabra, cualquier sentimiento de los que están prohibidos por el Santo Evangelio. Con tu hostilidad hacia el pecado —que es lo más desagradable que existe ante los ojos de nuestro Santísimo Dios—, demuestras el amor que sientes por Él. Sin embargo, cuando por tu propia debilidad infrinjas la ley, busca inmediatamente el remedio de la contrición”.

A partir de esto podemos concluir que, para llegar al verdadero amor a Dios, es necesario leer y examinar el Santo Evangelio, mismo que comprende todos los mandamientos de Dios, es decir, Sus expectativas para con nosotros. El obispo Ignacio nos enseña una y otra vez: “¿Quieres alcanzar el amor a Dios? Esfuérzate en guardar Sus mandamientos evangélicos”.

(Traducido de: Arhiepiscopul Averchie Taușev, Nevoința pentru virtute. Asceza într-o societate modernă secularizată, traducere de Lucian Filip, Editura Doxologia, Iași, 2016, pp. 81-82)