Palabras de espiritualidad

La forma más certera de vencer nuestras pasiones

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

“Dios ha concedido a los hombres dos importantes dones para que se puedan salvar y también librarse de todas las pasiones de su ‘yo’ anterior: la humildad y la obediencia”.

“Si quieres librarte de todas las pasiones, empieza practicando la abstinencia, el amor y la oración”, nos recomienda San Tarasio, en tanto que San Máximo el Confesor nos ofrece otros detalles al respecto de la relación entre las pasiones y las virtudes correspondientes con estas: “Hay algunas cosas que entorpecen el movimiento de las pasiones y les impiden seguir creciendo, y hay otras que las debilitan y reducen. Por ejemplo, el ayuno, el esfuerzo y las vigilias no permiten que el apetito crezca, mientras que la soledad, la contemplación, la oración y el amor a Dios lo mitiga y lo extingue por completo. Lo mismo ocurre con la ira. Por ejemplo, la paciencia, la renuncia al rencor y la mansedumbre la detienen y no dejan que siga creciendo, en tanto que el amor, la caridad, la generosidad y el servicio al prójimo la apaciguan y la debilitan”. O: “Aquel que se ha apartado verdaderamente de las cosas del mundo y sirve con sinceridad a su hermano, gracias a ese amor se libra inmediatamente de cualquier pasión y participa del amor y el conocimiento divinos”.

La lucidez, el rechazo a los pensamientos de pecado y la práctica de la “Oración de Jesús” son la armadura que impide que las tentaciones se nos acerquen: “Si, en consecuencia, la mente se mantiene atenta con discernimiento, oponiéndose a tales impulsos e invocando el Nombre de Jesús, podrá ahuyentar exitosamente el engaño de las figuraciones desde su aparición, haciéndolas incapaces de obrar a continuación” (San Hesiquio el Sinaíta). Por eso, “Dios ha concedido a los hombres dos importantes dones para que se puedan salvar y también librarse de todas las pasiones de su ‘yo’ anterior: la humildad y la obediencia”.

(Traducido de: Mitropolitul Hierotheos VlachosPsihoterapia ortodoxă: știința sfinților părinți, traducere de Irina Luminița Niculescu, Editura Învierea, Arhiepiscopia Timișoarei, 1998, p. 331)