La fuerza de unas humildes palabras dirigidas a Dios
El poder de Dios sana tu mente y expulsa cualquier obsesión que haya en tu cabeza, además de librarte de las aflicciones… pero tienes que invocarlo, tienes que orarle.
Dios está en todas partes, pero, aun así, tenemos que orar a Él. A veces basta con una breve plegaria, pero pronunciada con toda el alma y todo el corazón, con todas nuestras fuerzas. Incluso es suficiente con pronunciar las primeras palabras del “Padre nuestro”, pero entendiendo en verdad que Dios, como un Padre, te puede ayudar. El poder de Dios sana tu mente y expulsa cualquier obsesión que haya en tu cabeza, además de librarte de las aflicciones… pero tienes que invocarlo, tienes que orarle. Después, es necesario que alimentes tu mente con cosas buenas, con cosas relacionadas con tu fe, meditando y leyendo libros que sirvan para fortalecer tu alma.
(Traducido de: Din învățăturile Părintelui Arsenie Boca, Tinerii, Familia și copiii născuți în lanțuri, Editura Credința Strămoșescă, 2009, p. 216)