La humildad es algo más grande de lo que podríamos creer
En la humildad se esconde una grandeza extraordinaria. San Isaac el Sirio la llama “atuendo de Dios”.
Los hombres han llamado a la humildad de distintas formas, despectivamente, con la intención de ridiculizarla y hacerla parecer repulsiva. Le dicen “resignación”, “falta de carácter” o incluso “apatía”. Todos esos apelativos demuestran el evidente desconocimiento de quienes desprecian a la humildad.
De hecho, en la humildad se esconde una grandeza extraordinaria. San Isaac el Sirio la llama “atuendo de Dios”. ¿Por qué? Por que el Hijo de Dios, al encarnarse, se vistió con ella, y con ella se hizo un hombre como nosotros (asumiendo nuestra naturaleza humana).
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2010, p. 204)