Palabras de espiritualidad

La humildad que puede salvarnos del infierno

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

El amor de Dios no tiene límites. Pero el demonio es obstinado, terco, egoísta. No quiere doblar la cerviz, no quiere salvarse. 

Por orgullo, el demonio se alejó de Dios hace miles de años, y por orgullo sigue apartándose de Él, prefiriendo permanecer incontrito. Si al menos dijera un “Ten piedad, Señor”, Dios haría algo por él. Si al menos dijera “Me equivoqué”, pero no lo hace. Si reconociera haberse equivocado, se haría un ángel nuevamente. El amor de Dios no tiene límites. Pero el demonio es obstinado, terco, egoísta. No quiere doblar la cerviz, no quiere salvarse. ¡Qué cosa tan terrible! ¡Y pensar que en algún momento los demonios fueron ángeles!

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești I – Cu durere și cu dragoste pentru omul contemporan, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu Schitul Lacu–Sfântul Munte Athos, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 62)

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